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Muy caricaturesca resulta la reciente jornada electoral en Colombia, donde se determinaría la composición del aparato legislativo en materia de Senado, Cámara, Parlamento Andino y Consultas Presidenciales.
Muy caricaturesca resulta la reciente jornada electoral en Colombia, donde se determinaría la composición del aparato legislativo en materia de Senado, Cámara, Parlamento Andino y Consultas Presidenciales.
Hoy media semana después de efectuarse los comicios, muchas consideraciones se prestan para el análisis, debido al creciente “turmoil” político desatado por las decisiones de la Registraduría de posponer los resultados para ciertas consultas, las denuncias de la OEA por compra de votos, la incertidumbre por conocer el nombre del candidato conservador a la presidencia a poco más de un mes para los comicios el 30 de Mayo y la recriminación por lo que muchos consideran “deficiente” preparación por parte de los jurados de votación para el sistema de conteo de votos. Hasta intoxicación masiva por parte de los escrutadores hubo en esta oportunidad.
No deja de ser sorprendente como las jornadas electorales desatan cantidad de pasiones y emociones en Colombia y aunque cada año ya estemos acostumbrados a los agravios de un funcionario contra el otro, las denuncias de candidatos por supuesta corrupción, las populares “zancadillas” políticas y la masiva compra de votos, el tema es delicado y deja entrever la cantidad de intereses que hay de por medio.
De todas ellas, la experiencia más inverosímil es la polémica desatada ante la eventual ingesta de licor por parte del Registrador en plena jornada electoral. El mismo presidente Uribe se ha pronunciado al respecto y ha pedido a la Procuraduría General de la Nación investigar al funcionario, quien firmemente desmiente algún tipo de irregularidad en su comportamiento.
¿Verdad o mentira? Lo cierto es que el verdadero perdedor es el pueblo colombiano. El estupor de la opinión pública divaga entre críticas, denuncias, escándalos, clima político contraído e incertidumbre. La comunidad se siente impotente ante la cantidad de información de medios y gremios políticos y una mezcla de indignación e incertidumbre se apodera del colectivo ante la poca efectividad de las instituciones públicas, la gran cuota burocrática en los procesos y la consecuente lentitud en la divulgación de resultados.
Amanecerá y veremos… El Registrador según entrevista en la señal doméstica de RCN dejó entender el pasado lunes que antes de que finalice esta semana se deberán conocer los resultados de la Consulta Conservadora. Esperemos así sea y por fin se acabe con la papa caliente de unas jornadas cuya dudosa legitimidad es atribuida un día a la Registraduría; otro día, a las empresas contratadas para la divulgación del escrutinio final y al día siguiente, a la poca preparación de los jurados de votación. Una situación que sin dudarlo deja evidente una de las peores crisis electorales en Colombia.