Tras la nueva réplica de 7,2 grados, minutos antes del cambio de mando en Chile, Sebastián Piñera como presidente electo enfrenta uno de los mayores desafíos económicos en un país que según cables internacionales necesita una urgente reconstrucción tras el potente sismo de 8,8 grados del pasado 27 de Febrero.
Goggleando y repasando cifras oficiales suministradas por algunos portales en Internet, doy cuenta de las grandes tareas que se dejan entrever para los meses postreros. Según CNN Expansión, por ejemplo, la reconstrucción le podría costar al país 30 mil millones de dólares, lo que equivale casi el 15% de su PIB.
Ni pensar en la contracción macroeconómica que ello representará para una de las economías de menor riesgo en toda la región. Se plantea que para el mes de marzo, en términos económicos el crecimiento bajaría un 0,2% y tan solo para el segundo semestre del presente año, se prevé un crecimiento leve por debajo de la media proyectada a finales de 2010.
En este escenario, muchas son las consideraciones al margen de los retos en la era Piñera, cuyo trasegar estará bajo la lupa de medios y la comunidad en general así como bajo la sombra del gobierno de Bachelet que deja la Casa de la Moneda con un amplisimo 84% de margen de popularidad.
Piñera, multimillonario chileno con estudios de postgrado en Economía, necesitará plantear un buen proyecto de levantamiento de país a la par de un asertivo paquete de estimulo a la gestión financiera de organismos internacionales, los cuales han sido reconocidos como prioridad según la saliente presidente Michelle Bachelet y que vislumbran entre otros asistencia de países extranjeros y entes gubernamentales varios.
De igual manera, la nueva agenda política chilena deberá centrarse en el fortalecemiento de la infraestructura nacional a fin de enfrentar con buenos planes de contingencia el impacto de futuros movimientos telúricos para que así los embates naturales no logren desestabilizar el ritmo de crecimiento de una nación que bajo los proyectos del entrante burgomaestre buscan consolidar a Chile como una de las economías más sostenibles y con mayor resonancia de la región.
Goggleando y repasando cifras oficiales suministradas por algunos portales en Internet, doy cuenta de las grandes tareas que se dejan entrever para los meses postreros. Según CNN Expansión, por ejemplo, la reconstrucción le podría costar al país 30 mil millones de dólares, lo que equivale casi el 15% de su PIB.
Ni pensar en la contracción macroeconómica que ello representará para una de las economías de menor riesgo en toda la región. Se plantea que para el mes de marzo, en términos económicos el crecimiento bajaría un 0,2% y tan solo para el segundo semestre del presente año, se prevé un crecimiento leve por debajo de la media proyectada a finales de 2010.
En este escenario, muchas son las consideraciones al margen de los retos en la era Piñera, cuyo trasegar estará bajo la lupa de medios y la comunidad en general así como bajo la sombra del gobierno de Bachelet que deja la Casa de la Moneda con un amplisimo 84% de margen de popularidad.
Piñera, multimillonario chileno con estudios de postgrado en Economía, necesitará plantear un buen proyecto de levantamiento de país a la par de un asertivo paquete de estimulo a la gestión financiera de organismos internacionales, los cuales han sido reconocidos como prioridad según la saliente presidente Michelle Bachelet y que vislumbran entre otros asistencia de países extranjeros y entes gubernamentales varios.
De igual manera, la nueva agenda política chilena deberá centrarse en el fortalecemiento de la infraestructura nacional a fin de enfrentar con buenos planes de contingencia el impacto de futuros movimientos telúricos para que así los embates naturales no logren desestabilizar el ritmo de crecimiento de una nación que bajo los proyectos del entrante burgomaestre buscan consolidar a Chile como una de las economías más sostenibles y con mayor resonancia de la región.
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